jueves, 11 de febrero de 2016


Citas favoritas 2015

Éstas fueron las citas que más me impactaron de los libros que leí el año pasado.

1. La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida. (El Quijote, de Miguel de Cervantes).

2. Los libros pueden ser tan poderosos como la más afilada de las espadas. Cualquiera puede empuñarlas, pero el conocimiento es un arma al alcance de unos pocos elegidos. (El Castillo, de Luis Zueco).

3. Ésta espada no sirve para destruir, sino para construir. (Las Crónicas de Excálibur: Primera Crónica, de Jean Luc Istin y Alain Brion).

4. Estoy solo desde niño y he aprendido que no hay peso más duro de soportar que el abandono. No hay nada más satisfactorio que el bienestar y  la alegría de nuestros seres queridos. Ése es el sentido de la vida, es lo que el Estado debe proteger. (Draco, la sombra del emperador, de Massimiliano Colombo).

5. Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquél que nunca lee vive sólo una. (Danza de Dragones, de George R. R. Martin).

6. Entre por su propia voluntad, entre sin temor y deje aquí parte de la felicidad que lleva consigo. (Drácula, de Bram Stoker).

7. ¡Diablos, sí que soy un botánico! ¡Cuidado con mis poderes botánicos! (El Marciano, de Andy Weir).

8. Contempló el mar y comprendió lo solo que estaba ahora. Sin embargo, veía los cabrilleos en el agua profunda, el sedal que se extendía por delante y la extraña ondulación de las olas. Empezaban a acumularse nubes arrastradas por los vientos alisios y, al mirar a lo lejos, esbozada en el cielo vio una bandada de patos que se desdibujaba y luego volvía a hacerse visible y supo que nadie está nunca solo en el mar. (El viejo y el mar, de Ernest Hemingway).

9. Se contaron con una fe cándida en sus ilusiones todo lo que el amor, la juventud y el resto de infancia que tenían les hacía pensar. Aquellos dos corazones se derramaron uno en otro, de modo que al cabo de una hora, él tenía el alma de ella y ella el alma de él. ( Los Miserables, de Victor Hugo).

10. El mal que hacen los hombres vive tras su muerte; el bien solemos sepultarlo con sus restos. Así sea con César. El honorable Bruto os ha dicho que César fue ambicioso. Si lo fue, tenía un defecto grave y lo ha pagado gravemente. (Julio César, de William Shakespeare.)

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